Hoy inauguramos una nueva sección: Babeles Curiosos. En ella descubriremos curiosidades, serendipias, anécdotas... de los temas que solemos abordar en Apuntes de Babel.
Para empezar, repasamos los síndromes o trastornos que han recibido el nombre de un personaje literario. Si conoces alguno más, no dudes en compartirlo con nosotros en los comentarios.
Alicia en el país de las maravillas. Póster promocional de la película de Tim Burton Fuente: heroesmakianos.wordpress.com |
Síndrome de Dorian Gray
El nombre de este síndrome procede de la famosa novela de Oscar Wilde El retrato de Dorian Gray. Consiste en un conjunto de síntomas que llevan al individuo a preocuparse de una manera excesiva por su apariencia personal, la cual perciben de un modo distorsionado. Las personas que lo padecen viven angustiadas ante el proceso natural de envejecimiento, y este trastorno les lleva a abusar de cosméticos antienvejecimiento y operaciones de cirugía estética.
El síndrome de Alicia en el país de las maravillas
Este trastorno procede del nombre de la popular novela de Lewis Caroll. En general, son los niños los más afectados por este síndrome, que altera la percepción visual del individuo. Así, se percibe de un modo erróneo el tamaño de lo que se mira, incluido el propio cuerpo. Esta perturbación visual puede provocar, además, alucinaciones, ausencia del sentido de la orientación, alteración de las sensaciones táctiles y auditivas e, incluso, euforia, miedo y paranoia.
Síndrome de Rapunzel
La conocida princesa creada por los hermanos Grimm que escapó de una torre gracias a un príncipe que trepó por su larguísima trenza le da nombre a este síndrome. Esta obsesión consiste, ni más ni menos, que en comerse el propio cabello. Este trastorno también es conocido como tricofagia, y está asociado al hábito de arrancarse el pelo antes de ingerirlo (tricotilomanía). Una de las consecuencias de esta compulsión es la creación del tricobezoar: una maraña de pelo que se queda adherida a las paredes del aparato digestivo.
El síndrome de Peter Pan
Este síndrome se asocia a las personas que presentan una terrible negación a la madurez y que se niegan a adoptar las responsabilidades propias de un adulto. A este trastorno está ligado el "complejo de Wendy", padecido por mujeres con una imperiosa necesidad de cuidar y satisfacer las necesidades de otros, especialmente de su pareja.
El síndrome de la Bella Durmiente
Son muy pocas las personas que han padecido o padecen este síndrome en el mundo, y consiste en dormir muy profundamente durante largos períodos de tiempo. Quienes lo padecen pueden llegar a dormir 22 horas diarias y, afortunadamente, suele desaparecer por sí solo pasados unos años. También se conoce como la enfermedad de Kleine-Levin.
Síndrome de Otelo
En la obra teatral de Shakespeare, Otelo acaba quitándole la vida a su amada Desdémona a causa de unos celos infundados, convencido de que ésta le ha traicionado. Es por esto que se dice que padecen el síndrome de Otelo las personas que sufren celos patológicos, normalmente, injustificados y provoca que se dude irracionalmente de la fidelidad de la pareja.
El síndrome de Pollyanna
Eleanor H. Potter es la autora del libro Pollyanna que recibe el nombre de su protagonista. Se trata de una niña huérfana que se enfrenta a múltiples dificultades con un optimismo poco realista. Las personas que padecen este síndrome se caracterizan por ser patológicamente positivos e incapaces de enfrentarse a las adversidades de la vida.
El síndrome de Madame Bovary
También conocido como "bovarismo", este trastorno se caracteriza por el estado de insatisfacción vital permanente y crónica del individuo que lo padece, así como le ocurriera a, Emma Bovary, famoso personaje de Gustave Flaubert. Esta insatisfacción es provocada por la imposibilidad de alcanzar las expectativas creadas por uno mismo, que son, en ocasiones, utópicas.
El síndrome de Huckleberry Finn
El nombre de este síndrome procede del protagonista de la obra de Mark Twain Las aventuras de Huckleberry Finn. Este trastorno puede manifestarse en la niñez o en la vida adulta, y está ligado a la tendencia a eludir responsabilidades. Está ligado a una baja autoestima y a síntomas depresivos de las personas que lo padecen.
Pues sin saber demasiado sobre la materia, se me ocurre el síndrome de Don Juan (conquistador compulsivo, incapaz de mantener una relación estable) y los complejos de Edipo y Electra, que no sé si son "síndromes " exactamente (porque tampoco tengo clara la diferencia entre síndrome y complejo).
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada y el blog en general. ¡Enhorabuena!
Muchas gracias por tu aportación y por tus palabras, Teresa. Habíamos pasado por alto el síndrome de Don Juan y, de hecho, nos parece muy interesante. Respecto a la diferencia entre complejos y síndromes dejémoslo en manos de psicólogos y psiquiatras.
EliminarGracias otra vez por seguirnos y nos alegra que guste el blog. ¡Un saludo!