Comala. |
Juan Preciado llega a Comala para buscar a su padre, Pedro Páramo. Un planteamiento sencillo del que parte la gran obra de Rulfo. Sin embargo, la lectura de Pedro Páramo exige un requisito mínimo al lector que se dispone a recorrer Comala a través de sus páginas. Debido a su novedosa estructura, que rompe con la tradicional concepción del orden, la novela requiere de una especial atención por parte del lector, que debe reconstruir tanto parte de los hechos como la identidad de algunos de los personajes. La obra consta de dos partes claramente diferenciadas, que a su vez están subdivididas. En estas distintas secuencias, tiempos discontinuos y argumentos diversos confluyen, lo que causó un gran impacto al lector de la época.
El suspense sobre el protagonista se resuelve al poco de comenzar la novela, por lo que Rulfo compensa la carencia de tensión con otros recursos novedosos, como los cambios de perspectiva, la fragmentación de la narración de los acontecimientos, la introducción de interpolaciones (pensamientos de determinados personajes que aparecen entremezclados con la narración de la historia) o el modo mismo de narrar, mencionando apenas algunos hechos que obligan al lector a recomponer lo sucedido. Gracias a la combinación de estos recursos, el misterio está presente a lo largo de toda la obra y resulta complicado en ocasiones descifrar los límites entre lo real y lo sobrenatural.
Pedro Páramo supone el inicio de la nueva novela mexicana (por eso la mencionábamos en la introducción como novela fundacional) en la que Rulfo consigue aunar elementos de la narrativa anterior y recursos novedosos que han hecho que esta novela alcance las más altas cotas de la literatura universal.
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